La película que nos hizo tenerles fobia a los pájaros negros, fue dirigida nada más y nada menos que por el maestro del suspence: Alfred Hitchcock, causando nuevamente sensación en el año 1963.
La trama es acerca de una dama de la alta sociedad, Melanie Daniels (Tippi Hendren), que por causas del destino va a parar a una tienda de mascotas en San Francisco, donde se encuentra con Mitch Brenner (Rod Taylor), quién le quiere comprar unos pequeños pájaros a su hermana.
El coqueteo entre los dos se da durante su estancia en la tienda, por lo que Melanie, decide darle una sorpresa a Brenner: llevarle los pájaros a Bodega Bay, un pequeño poblado donde el joven pasa los fines de semana con la familia.
Cuando ella llega al pueblo, observa a unos cuervos que se comportan de manera extraña, aumentando su número considerablemente, así como el número de ataques de la población, volviéndose un lugar hostil y desagradable.
La razón de los ataques se desconoce, y en el trascurso de la película irás descubriendo cosas interesantes que ter pueden sorprender. Un clásico que sin duda, te hará aborrecer a tan inofensivos animales.
Los pájaros de la película fueron la mayoría sobrepuestos, por lo que su número considerable es solamente un truco, y la mayoría de las escenas donde los pájaros atacaban a la protagonista, nunca se le avisaba para darle más realismo a la escena.
Esta película resulta desesperante debido a que nunca se le dio un final y una explicación racional al comportamiento de los pájaros dentro de la trama, ya que Hitchcock sabía de antemano que eso causaba más ansiedad en la audiencia.
Un dato curioso, para que conozcan el sadismo del director, es que el final que está en el filme no era el que tenía pensado el actor, no pudiéndolo hacer, debido a la falta de recursos monetarios, pero que plasman a los protagonistas tranquilos al haber escapado de los pájaros del pueblo, pero que al llegar a San Francisco, se daban cuenta de que había pájaros por todo el puente Golden Gate.
La trama es acerca de una dama de la alta sociedad, Melanie Daniels (Tippi Hendren), que por causas del destino va a parar a una tienda de mascotas en San Francisco, donde se encuentra con Mitch Brenner (Rod Taylor), quién le quiere comprar unos pequeños pájaros a su hermana.
El coqueteo entre los dos se da durante su estancia en la tienda, por lo que Melanie, decide darle una sorpresa a Brenner: llevarle los pájaros a Bodega Bay, un pequeño poblado donde el joven pasa los fines de semana con la familia.
Cuando ella llega al pueblo, observa a unos cuervos que se comportan de manera extraña, aumentando su número considerablemente, así como el número de ataques de la población, volviéndose un lugar hostil y desagradable.
La razón de los ataques se desconoce, y en el trascurso de la película irás descubriendo cosas interesantes que ter pueden sorprender. Un clásico que sin duda, te hará aborrecer a tan inofensivos animales.
Los pájaros de la película fueron la mayoría sobrepuestos, por lo que su número considerable es solamente un truco, y la mayoría de las escenas donde los pájaros atacaban a la protagonista, nunca se le avisaba para darle más realismo a la escena.
Esta película resulta desesperante debido a que nunca se le dio un final y una explicación racional al comportamiento de los pájaros dentro de la trama, ya que Hitchcock sabía de antemano que eso causaba más ansiedad en la audiencia.
Un dato curioso, para que conozcan el sadismo del director, es que el final que está en el filme no era el que tenía pensado el actor, no pudiéndolo hacer, debido a la falta de recursos monetarios, pero que plasman a los protagonistas tranquilos al haber escapado de los pájaros del pueblo, pero que al llegar a San Francisco, se daban cuenta de que había pájaros por todo el puente Golden Gate.
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