Este nuevo film de terror, suspenso, copia al carbón de “Sexto sentido”, “Revelaciones”, “Los otros”, “Mix-Pictures” o como le quieran decir, podría haber sido un gran taquillazo si no existieran las películas anteriormente mencionadas.
“Presencias extrañas” se puede considerar como un collage de algunos clásicos del cine, y lejos del guión, los actores son buenos, las locaciones, la dirección dos, tres, pero lo que si no se perdona es la falta de originalidad.
La película es acerca de una joven (Emily Browning) que acaba de salir de su estancia de la casa de la risa, osease el manicomio, después de la muerte de su madre en un incendio, por lo cual, el suceso la marcó para siempre.
Ahí todo va bien, pero cuando si se jalan de los pelos y la trama comienza a desgraciarse es cuando la pobre criatura llega a su casa y ve que la enfermera que amablemente cuidaba a su madre ahora se ha ligado al papá (David Strathairn).
Para empezar, el hombre es un maldito blandengue y la hermana una bestia por no darse cuenta de la situación, (mal argumento si nos ponemos a ver que la que acaba de salir de una institución mental es otra), resulta que es la más suspicaz y ahora hasta médium.
La hermana (Arielle Kebbel), la comienza a apoyar después de los sucesos sobrenaturales, que están súper poco creíbles, ya que la nena tiene sueños y visiones que son dignas de un caso paranormal.
La verdad no asusta, las hermanas no tienen química, y la bruja de la enfermera dista mucho de ser maldita, ya que el crédito se lo lleva el padre que lejos de ser maquiavélico asesina a la pobre señora de una manera muy aparatosa, digo, si quieres matar a alguien no hay que dejar huella o si?...sorry por arruinarles el final, pero la verdad que no vale la pena.
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