Scarlet O´Hara, la bella sureña con raíces francesas e irlandesas, es la protagonista de esta película, basada en el único libro de la ganadora del Pullitzer, Margaret Mitchell, Lo que el viento se llevó.
Ella es infantil, vanidosa, caprichosa, egoísta, terca y decidida, pero sobre todas las cosas: inteligente y fuerte, la única de su familia que fue capaz de sobrevivir al horrible abismo de la guerra de secesión.
La heroína, como en todas las buenas películas pierde al hombre de su vida: El inolvidable Rhett Butler, Guapo, cínico, inteligente, bebedor, mujeriego…hasta que conoce a Scarlett, digamos su alter ego, pero el con los pies sobre la tierra.
Esta película filmada en 1939, marca el importante cambio en la pantalla grande a los filmes a color, que permitieron apreciar los bellos ojos de Vivien Leigh, en los que recae la historia.
Taquillera y laureada por supuesto marcaron la carrera de la actriz que la hizo merecedora del codiciado Premio Oscar, y el personaje de su vida, muy a pesar de Un tranvía llamado deseo.
Lo que el viento se llevó, es una historia para recordar, no sólo son yanquis contra sureños, o la liberación de los negros, es la historia de una mujer que hizo de todo para sobrevivir, en la que la época no le permitía ser realmente como era, y lo moralmente permitido no entraba en los parámetros de la inteligencia.
“Mañana será otro día”, decía la protagonista para no complicarse la existencia, al fin y al cabo, siempre había una solución. O “Francamente querida, me importa un bledo”, frase que inmortalizo a Clark Gable, en el papel de su vida, quizás la que menos queríamos escuchar.
Ella es infantil, vanidosa, caprichosa, egoísta, terca y decidida, pero sobre todas las cosas: inteligente y fuerte, la única de su familia que fue capaz de sobrevivir al horrible abismo de la guerra de secesión.
La heroína, como en todas las buenas películas pierde al hombre de su vida: El inolvidable Rhett Butler, Guapo, cínico, inteligente, bebedor, mujeriego…hasta que conoce a Scarlett, digamos su alter ego, pero el con los pies sobre la tierra.
Esta película filmada en 1939, marca el importante cambio en la pantalla grande a los filmes a color, que permitieron apreciar los bellos ojos de Vivien Leigh, en los que recae la historia.
Taquillera y laureada por supuesto marcaron la carrera de la actriz que la hizo merecedora del codiciado Premio Oscar, y el personaje de su vida, muy a pesar de Un tranvía llamado deseo.
Lo que el viento se llevó, es una historia para recordar, no sólo son yanquis contra sureños, o la liberación de los negros, es la historia de una mujer que hizo de todo para sobrevivir, en la que la época no le permitía ser realmente como era, y lo moralmente permitido no entraba en los parámetros de la inteligencia.
“Mañana será otro día”, decía la protagonista para no complicarse la existencia, al fin y al cabo, siempre había una solución. O “Francamente querida, me importa un bledo”, frase que inmortalizo a Clark Gable, en el papel de su vida, quizás la que menos queríamos escuchar.
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