9 de junio de 2009

Dragon Ball, ¿Valdrá la pena verla?

Para todos los amantes del manga japonés, llega la adaptación en pantalla de esta caricatura que tanto éxito mundial ha tenido, les digo sin embargo, que las críticas de la película se encuentran divididas entre buenas y malas.

Buenas para aquellos que adoran el dibujo animado, malas para todos los sabedores del animé que saben que la adaptación fue todo un maldito fiasco, echándola a perder de por vida.

Muchos la califican de penosa, nefasta, aburrida, e encluso estúpida, por lo que más de dos personas abandonaron las salas de cine. Digo yo, porque querer adaptar todo lo que tiene éxito en la pantalla grande…déjenlo como está.

Lo único en común de la película con el animé es precisamente el nombre, ya que los personajes, la trama y hasta el vestuario, están de risa, tergiversando todo de manera tan bizarra que no sabes si es circo o parodia.

El señor Ramsey, se ha equivocado rotundamente, y el pobre ni se ha dado cuenta, o de plano confundió la trama con Pokemon, haciendo de Dragon Ball un Pikachu con pelo a la vaselina con injerto de lego.

Se supone que Goku, el original, creado por Akira Toriyama en el 84, está basado en la leyenda del rey mono, de nombre Saiyuki, que en español se traduce como viaje al oeste. Pues no, esto no es un viaje al oeste, sino a la jaula de las locas.

La criaturita extraterrestre original, busca las bolas de dragón para hacerse más fuerte, y no como en la película gringa, más popular, ligándose a la nena en turno para impresionarla, una especie de High School con personajes de manga.

Definitivamente Hollywood tiene dos cualidades. Una es magníficar algo para bien, y la otra es desgraciar las tramas a tal grado, que da pena ajena verlas proyectadas. Señoras y señores, la trama está mal y el mono interior peor (sin albur, aclaro).

Si quieren perder dinero, tiempo, o padecen insomnio, esta es la solución ideal de curarlo, o si de plano no me creen vayan ustedes mismos, pero les advierto, para pavadas y mentiras, con el gobierno tenemos.

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