Aquí les tenemos un fragmento editado de esta conversación entre Aída Bortnik y Gabriel García Márquez, que fue editada para mostrarles lo referente al guión de la próxima película de Noticia de un secuestro, basada en la novela de Gabriel García Márquez del mismo nombre.
En el Festival de cine de Guadalajara, la guionista Argentina le hizo el homenaje a Gabriel García Márquez. Entregándole unas flores con su guión, para la aprobación del escritor.
La conversación que verán a continuación plasma el cariño que los dos escritores se tienen, y plasma los planes de la realización de la película, que será dirigida por Pedro Pablo Ibarra, producida por Carlos Payán, y se comenzará a filmar en octubre tentativamente: Lean esta conversación que se convertirá en una reliquia:
Aída: Lo primero que hace uno con los dioses es darles una ofrenda, así que te traje flores amarillas que sé te gustan, no conseguimos rosas que son tus segundas favoritas.
Gabo: Así que ésta es la primera ofrenda. Se las paso a Mercedes, que es quien me guarda las flores.
Aída: “La segunda ofrenda depende de tu humor, tu ánimo y tus ganas cuando la leas… Claro, y depende de la ofrenda misma: el guión cinematográfico de Noticia de un secuestro”.
Gabo: “Noticia de un secuestro es mío y yo no lo escribí como guión cinematográfico”.
Aída: No, lo hiciste como crónica y yo lo transformé en guión cinematográfico.
Gabo: ¿Y te has atrevido a hacerlo sin mostrármelo?... aunque me lo muestras ahora. ¡Qué bueno, porque esta noche no duermo!
Aída: Y yo, Gabriel. Tengo mucho miedo, pero también estoy enormemente honrada.
Gabo: ¡Y por qué lo hiciste? ¿Para quién lo hiciste?
Aída: “Lo hice por muchos motivos. Hace 20 años nos encontramos en una filmación de Gringo viejo, la novela de Carlos Fuentes, con Jane Fonda y Gregory Peck… Fuiste de visita, estuviste encantador…”
Gabo: Como de costumbre. Como ahora.
Aída: “Claro, como siempre… En esa ocasión, mientras charlabas con mi marido, sorpresivamente me dijiste que necesitabas un año de mi vida, y yo me asusté muchísimo”.
Gabo: Más me asusté yo. Mira, cómo me atreví a pedirte eso.
Aída: Ha sido un año completamente dedicado, con devoción, a ti, para respetarte de verdad. No te copié, te busqué. Te inventé. Te hice bromas. Pero no te copié, porque copiarte ha hecho que otros fracasen.
Gabo: ¡Ah!, entonces éste no es el mío, no es mi libro. Entonces de quién es.
Aída: Claro que es tuyo, sale de ti, pero con algunas libertades. Espero que lo leas pronto.
Gabo: “Qué prisa la tuya. No será mejor que no lea todavía hasta que vea la película… no me aguantaré la tentación de leerlo y de sufrir, por supuesto”.
Aída: Ha sido un año en el que pasaron cosas terribles en mi vida y hacer este libro cinematográfico ha sido un refugio para mí.
Gabo: Dime una cosa, y ¿vas a filmar esto?
Aída: “Lo va a filmar Epigmenio, lo va a dirigir Petipol. Va a tener un elenco divino; están buscando todo de lo mejor”.
Gabo: ¿Dónde lo van a filmar? ¿Cuándo comenzarán el rodaje?
Aída: Siete semanas en Colombia y cinco en México. Comenzarán entre octubre y noviembre.
Gabo: ¿En qué mes estamos?
Aída: En marzo.
Tengo que leer el mío para acordarme
Gabo: “Bueno; aún hay tiempo para pelear… pero el verdadero problema es que primero tengo que leer el mío para acordarme”.
Aída: “No, no lo hagas. Cuando inicies la lectura de éste, te vas a acordar cómo era el tuyo. Voy a agradecerte mucho que lo hagas, porque era una crónica. No hubiera querido adaptar tus historias de realismo mágico… sólo vine al festival para darte el libro. Está escrito como escribes tú, cuando lo haces en la crónica.
“Recuerdo que antes de que saliera publicado Cien años de soledad estaba en Buenos Aires y me pidieron hacer la crítica, pero leí Doscientos años de soledad, porque llegué a la última página del libro e inmediatamente regresé a la página uno. Estaba loca; no quería salir de allí, no quería que ese mundo se terminara nunca. Me enamoré perdidamente de ti.”
Gabo: Y el libro ése ¿se vendió? ¿Ya han hecho película?
Interviene Mercedes: “No, de ése no. La que se vendió fue El amor en los tiempos del cólera”.
Nadie tocará Cien años de soledad
Gabo: “No quisiera que se hiciera una película de Cien años de soledad”.
Aída: Ni te preocupes, ese libro nadie lo va a tocar.
Gabo: Ya no me acuerdo de nada, qué maravilla. No guardo rencores en contra de nadie.
Aída: “Sí, Gabriel, eso es una maravilla…”
Gabo: Bueno, yo lo leeré con mucho interés. Inmediatamente te llamo para decirte lo que pienso.
¿Qué les parece?, el escritor ganador del Nóbel en conversación con una de las mejores guionistas latinoamericanas, esperemos que la película valga la pena y no nos defraude como la adaptación del Amor en los Tiempos del Cólera.
En el Festival de cine de Guadalajara, la guionista Argentina le hizo el homenaje a Gabriel García Márquez. Entregándole unas flores con su guión, para la aprobación del escritor.
La conversación que verán a continuación plasma el cariño que los dos escritores se tienen, y plasma los planes de la realización de la película, que será dirigida por Pedro Pablo Ibarra, producida por Carlos Payán, y se comenzará a filmar en octubre tentativamente: Lean esta conversación que se convertirá en una reliquia:
Aída: Lo primero que hace uno con los dioses es darles una ofrenda, así que te traje flores amarillas que sé te gustan, no conseguimos rosas que son tus segundas favoritas.
Gabo: Así que ésta es la primera ofrenda. Se las paso a Mercedes, que es quien me guarda las flores.
Aída: “La segunda ofrenda depende de tu humor, tu ánimo y tus ganas cuando la leas… Claro, y depende de la ofrenda misma: el guión cinematográfico de Noticia de un secuestro”.
Gabo: “Noticia de un secuestro es mío y yo no lo escribí como guión cinematográfico”.
Aída: No, lo hiciste como crónica y yo lo transformé en guión cinematográfico.
Gabo: ¿Y te has atrevido a hacerlo sin mostrármelo?... aunque me lo muestras ahora. ¡Qué bueno, porque esta noche no duermo!
Aída: Y yo, Gabriel. Tengo mucho miedo, pero también estoy enormemente honrada.
Gabo: ¡Y por qué lo hiciste? ¿Para quién lo hiciste?
Aída: “Lo hice por muchos motivos. Hace 20 años nos encontramos en una filmación de Gringo viejo, la novela de Carlos Fuentes, con Jane Fonda y Gregory Peck… Fuiste de visita, estuviste encantador…”
Gabo: Como de costumbre. Como ahora.
Aída: “Claro, como siempre… En esa ocasión, mientras charlabas con mi marido, sorpresivamente me dijiste que necesitabas un año de mi vida, y yo me asusté muchísimo”.
Gabo: Más me asusté yo. Mira, cómo me atreví a pedirte eso.
Aída: Ha sido un año completamente dedicado, con devoción, a ti, para respetarte de verdad. No te copié, te busqué. Te inventé. Te hice bromas. Pero no te copié, porque copiarte ha hecho que otros fracasen.
Gabo: ¡Ah!, entonces éste no es el mío, no es mi libro. Entonces de quién es.
Aída: Claro que es tuyo, sale de ti, pero con algunas libertades. Espero que lo leas pronto.
Gabo: “Qué prisa la tuya. No será mejor que no lea todavía hasta que vea la película… no me aguantaré la tentación de leerlo y de sufrir, por supuesto”.
Aída: Ha sido un año en el que pasaron cosas terribles en mi vida y hacer este libro cinematográfico ha sido un refugio para mí.
Gabo: Dime una cosa, y ¿vas a filmar esto?
Aída: “Lo va a filmar Epigmenio, lo va a dirigir Petipol. Va a tener un elenco divino; están buscando todo de lo mejor”.
Gabo: ¿Dónde lo van a filmar? ¿Cuándo comenzarán el rodaje?
Aída: Siete semanas en Colombia y cinco en México. Comenzarán entre octubre y noviembre.
Gabo: ¿En qué mes estamos?
Aída: En marzo.
Tengo que leer el mío para acordarme
Gabo: “Bueno; aún hay tiempo para pelear… pero el verdadero problema es que primero tengo que leer el mío para acordarme”.
Aída: “No, no lo hagas. Cuando inicies la lectura de éste, te vas a acordar cómo era el tuyo. Voy a agradecerte mucho que lo hagas, porque era una crónica. No hubiera querido adaptar tus historias de realismo mágico… sólo vine al festival para darte el libro. Está escrito como escribes tú, cuando lo haces en la crónica.
“Recuerdo que antes de que saliera publicado Cien años de soledad estaba en Buenos Aires y me pidieron hacer la crítica, pero leí Doscientos años de soledad, porque llegué a la última página del libro e inmediatamente regresé a la página uno. Estaba loca; no quería salir de allí, no quería que ese mundo se terminara nunca. Me enamoré perdidamente de ti.”
Gabo: Y el libro ése ¿se vendió? ¿Ya han hecho película?
Interviene Mercedes: “No, de ése no. La que se vendió fue El amor en los tiempos del cólera”.
Nadie tocará Cien años de soledad
Gabo: “No quisiera que se hiciera una película de Cien años de soledad”.
Aída: Ni te preocupes, ese libro nadie lo va a tocar.
Gabo: Ya no me acuerdo de nada, qué maravilla. No guardo rencores en contra de nadie.
Aída: “Sí, Gabriel, eso es una maravilla…”
Gabo: Bueno, yo lo leeré con mucho interés. Inmediatamente te llamo para decirte lo que pienso.
¿Qué les parece?, el escritor ganador del Nóbel en conversación con una de las mejores guionistas latinoamericanas, esperemos que la película valga la pena y no nos defraude como la adaptación del Amor en los Tiempos del Cólera.
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