Los 3 padrinos de John Ford (1948)

La película dirigida por el aclamado director, John Ford, que hizo sus primeros trabajos en el cine mudo, dejándonos un legado de más de 140 películas. Todas ellas grandes obras maestras de excelente calidad. Una de ellas es Los tres padrinos.

¿Quién no recuerda a John Wayne con esa pose de galán que derretía a aquellas mujeres de la época?, el Western no hubiera sido el mismo sin ese estereotipo que marcó la época dorada del cine.

A él, le debemos el asesinato del más malo de los malos. Donde el paisaje de una aldea de nombre Tarántula, nos evoca la crudeza y rudeza del desierto de Arizona. En esa zona tenían que ocurrir calamidades, que tres forajidos asaltaran el único y destartalado banco del pueblo.

La Tarántula, cambió el nombre por Welcome, algo que te invita a llegar, pero las circunstancias son otras, después del asalto del banco, escapan del Sheriff, descubriendo a una mujer que está a punto de dar a luz en medio del calor incesante del desierto.

La mujer se los encarga, para ella planear su huida de ahí, quién lo diría, tres matones con un bebé, que les marcaría las vidas para siempre. Plasmándonos con mucha inteligencia, que aunque seas malo, muy malo, hay una necesidad de formar una familia y estabilizar tu vida.

Con una manera de narrar escalofriante, Ford nos plasma, una vida dura y la reacción de los seres humanos ante ella, el sacrificio y el dolor humano que lo orillan a hacer cosas equivocas, para después plasmar la redención.

Con los típicos clichés del viejo oeste y la coraza de los hombres que utilizan para no sacar a relucir sus verdaderos sentimientos, Los 3 padrinos es una película que vale la pena ver, aunque a duras penas se dispare una bala. La moraleja es realmente buena, el amor, y la compasión humanas. Véanla, o Re-véanla.