Las conspiraciones nacionales vuelven, y prueba de ello es este nuevo filme que promete ser muy taquillero, ya que un agente de la Interpol, de poca ética, se ve envuelto en una conspiración de carácter nacional, aunque no a propósito.
Los personajes principales son Louis Sallinger (Clive Owen) y una abogada de Manhattan (Naomi Watts), que desenmascaran a una mafia nacional, por culpa de un banco internacional con oscuras intenciones.
Se trata del Banco Internacional de Negocios y Crédito (IBBC) el cual toma su nombre del extinto Banco de Crédito y Comercio Internacional que estuvo manchado por lo mismo a lo que se le acusa al de la película: lavado de dinero, tráfico de armas y financiación de guerrillas en países tercermundistas con el propósito de controlar los gobiernos.
Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, ya que el director declaró en la Bertinale, que la cinta se filmó mucho antes del panorama mundial actual en que nos encontramos, ¿será?
Tom Tykwer, aclara que es bueno que la película les haga tomar conciencia, pero que “De hecho, yo no veo por ningún sitio ningún comentario sobre la crisis... pues si bien es cierto que el "demonizar" a los bancos puede ser entendido como tal, no sigue siendo nada más que un ligero comentario a las "políticas" económicas internacionales y una justificación para crear un thriller que se merece un buen aplauso...” Diplomático el hombre.
Tal cual Poncio Pilatos se lavó las manos con estos comentarios, pero lo que si es cierto, es que la película, está de lo más emocionante, y te tiene con los pelos de punta desde el principio, y su parecido con la realidad es bastante creíble.
La política internacional ha sido desnudada en esta película, y más porque lo muestra con una realidad impresionante, haciendo del dúo Owen-Watts algo completamente entretenido, ya que hay química entre los actores.
Véanla cuando se estrene, ya que promete un buen rato de diversión y momentos agradables, sobre todo por las escenas de acción, efectos políticos y especiales, que prometen quedarse en su memoria cinéfila.
Los personajes principales son Louis Sallinger (Clive Owen) y una abogada de Manhattan (Naomi Watts), que desenmascaran a una mafia nacional, por culpa de un banco internacional con oscuras intenciones.
Se trata del Banco Internacional de Negocios y Crédito (IBBC) el cual toma su nombre del extinto Banco de Crédito y Comercio Internacional que estuvo manchado por lo mismo a lo que se le acusa al de la película: lavado de dinero, tráfico de armas y financiación de guerrillas en países tercermundistas con el propósito de controlar los gobiernos.
Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, ya que el director declaró en la Bertinale, que la cinta se filmó mucho antes del panorama mundial actual en que nos encontramos, ¿será?
Tom Tykwer, aclara que es bueno que la película les haga tomar conciencia, pero que “De hecho, yo no veo por ningún sitio ningún comentario sobre la crisis... pues si bien es cierto que el "demonizar" a los bancos puede ser entendido como tal, no sigue siendo nada más que un ligero comentario a las "políticas" económicas internacionales y una justificación para crear un thriller que se merece un buen aplauso...” Diplomático el hombre.
Tal cual Poncio Pilatos se lavó las manos con estos comentarios, pero lo que si es cierto, es que la película, está de lo más emocionante, y te tiene con los pelos de punta desde el principio, y su parecido con la realidad es bastante creíble.
La política internacional ha sido desnudada en esta película, y más porque lo muestra con una realidad impresionante, haciendo del dúo Owen-Watts algo completamente entretenido, ya que hay química entre los actores.
Véanla cuando se estrene, ya que promete un buen rato de diversión y momentos agradables, sobre todo por las escenas de acción, efectos políticos y especiales, que prometen quedarse en su memoria cinéfila.
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