Las películas de Woody Allen se caracterizan por ser de las mejores en la historia de la cinematografía, pero más que eso, habrá que analizar el porque de su constante temática: las mujeres.
Tachado de misógino, el director neoyorquino tiene personajes femeninos inolvidables, los cuales, han marcado su carrera y contrario a Almodóvar la madre no es el tema principal, sino los conflictos existenciales que cada una tiene.
Sus comienzos fueron con su ex esposa, Mia Farrow, quién después lo mandara al carajo por ser tan “rabo verde” con su propia hija adoptiva…después Diana Keaton, que últimamente ha ido en decadencia con tanta comedia sosa que protagoniza…y de la gran Keaton ya sólo quedan los recuerdos.
Ahora, hemos visto desfilar a actrices de la talla de Penélope Cruz, Scarlett Johanson y Naomi Watts, (recordemos que la Kidman rechazó el último papel de Allen)…será que no quería jugar a la atormentada burguesita con problemitas en su cabeza.
Claro está, que la crítica de Allen recae en las altas élites y no en las pobres criaturitas con problemas reales…su cine es un ir y venir de las frustraciones e histerias femeninas, tal como lo hacía Freud en su psicoanálisis.
Películas como “Alice”, “Hannah and her sisters”, “Another woman” y la reciente “Vicky Cristina Barcelona”, son problemas densamente femeninos…pero con un toque narcisista ya que la vida de todas sus protagonistas giran en torno a personajes masculinos, prepotentes y dominantes.
Hay que agradecerle su cine, que más que nada es una crítica y una eterna lucha existencial de los pensamientos femeninos, problemas con los que todas nos identificamos en esta riña con el patriarcado…y sobre todo que ha hecho florecer carreras de actrices importantes, y haberles dado premios Oscar.
Ahora tenemos a un Allen igual de analítico, pero que ha perdurado en la pantalla grande por la evolución de sus musas…que lejos de ser misógino, es un ser que entiende diabólicamente la mente femenina, aunque el lo niegue…somos tan complicadas como el mundo Allenesco…apasionadas, cerebrales, neuróticas, cuerdas, ezquizoides, amorosas, frías…todo en una, y creo que el maestro Allen lo ha sabido plasmar mejor que nadie.
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