¿Quién iba a pensar que el cine se iba a convertir en una experiencia tridimensional?, pues mis abuelos ni siquiera imaginaban una pantalla a color, ahora el cine se ha convertido en una experiencia más vivencial.
La moda será el cine 3D, con sus grandes pros y contras, pues muchos piensan que ya de por si es emocionante ver un film, las próximas generaciones no se conformarán con una película en formato normal.
Hace unos momentos, observando las noticias en Internet, me di cuenta que James Cameron anunció que “Titanic” será hecha en 3D, imagínense ver el agua literalmente en nuestras narices, y todo para que el atractivo audiovisual genere más entradas a las salas.
La era digital ha comenzado y por ende las mejoras en la pantalla grande, que para muchos es una forma de escape inigualable, que muy a pesar de su primitiva manera de comenzar, sin sonido, el cine evolucionó tiempo después con el color, luego el Dolby, hasta llegar a la digitalización y finalmente quién sabe y veamos el 3D estereoscópico.
Más allá de preguntarnos que verán nuestros nietos hay que reflexionar que estamos viviendo en plena evolución del séptimo arte, y según informes de la BBC Mundo, “Titanic” no será la única que se aventure al 3D, sino las de “Toy Story” 1 y 2; Peter Jackson y Spielberg anuncian que Tintín también entra.
Y señoras y señores, Europa no se queda atrás, pues se hará la vida de Pina Bausch, una bailarina y excelente coreógrafa en formato 3D, imagínense la belleza de espectáculo. Yo por lo pronto me sentaré a comer palomitas y seguir soñando, que es una de las características principales del séptimo arte.
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