6 de noviembre de 2009

El joven Frankenstein de Mel Brooks (1974)


¿Está lista?
Creo que sí, doctor.
Levántemela.
¿Aquí? ¿Ahora?
Sí, sí. La plataforma, levántemela.
¡Ah, la plataforma! Era eso... Ya…

Inga y Frederick

La comiquísima versión de Frankenstein bajo la dirección de Mel Brooks el rey de la comedia, es una genial historia que se hizo con el propósito de parodiar las películas de la Universal con este comiquísimo homenaje.

Las actuaciones de Gene Gilder (Frederick) y Teri Garr (Inga), (actores de cabecera del director) son más que convincentes para atacarte de la risa, pues su humor radica precisamente en bromas de doble sentido que aluden a los clásicos del terror.

Con un jovencísimo Gene Hackman que aparece haciendo sus pininos en el mundo de la actuación, “Young Frankenstein” es un recordatorio de las destartaladas piezas de laboratorio y telarañas prefabricadas de las épocas del cine en blanco y negro.

Este color de la película fue escogido arbitrariamente para la nostalgia de aquellos cinéfilos que se asustaban con el cine monocromático, y que consideraban al Doctor Frankenstein un loco soberbio con aspiraciones a Dios.

El American Film Institute la considera entre las 100 películas más divertidas de todos los tiempos, pues personajes como Igor sin H, es toda una botana…además de las ocurrencias del prestigiado doctor Baron Frederick von Frankenstein quién tiene una novia castrante: Elisabeth excelentemente interpretada por Madeline Kahn.

Todo cambia cuando llega al castillo de Transilvania (que parodia a Drácula) y descubre los secretos del loco de su abuelo que creo a un ser único y viable para la obediencia. Si se analiza el fondo del film, se podrá observar que es una severa crítica al nazismo de Hitler, pues recordemos que Brooks es Judío y sus tendencias se ven claras en todos sus filmes que tienen un muy buen sentido del humor.

Brooks, capaz de reírse siempre de si mismo y de los suyos, parodia el acento judío de Brooklyn al retratar al joven Frankenstein como un doctor enaltecido, y pedir de favor, que pronuncien su nombre Fronkonstin, como los judíos neoyorquinos.

Película entretenida e inolvidable, para coleccionar junto a los clásicos que sí son de terror, pues los experimentos son al revés de lo que deberían ser en las versiones originales…un Frankenstein idiota, un doctor desaliñado pero cachondón, una asistente enamorada fielmente, y un Igor con joroba quita y pon.

De alta connotación sexual y política, este film debe tenerlo todo cinéfilo adicto a los clásicos de comedia, que incluso, se llegará a adaptar a Broadway en un grandioso musical, y vale la pena, pues el film que tiene dos oscares (sonido y guión de Brooks, 1975) en su haber, merece la pena ser recordado.

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