“No bailes para el público. Baila para ti mismo”, “Vive como si fueras a morir mañana, trabaja como si no necesitaras el dinero, baila como si nadie estuviera mirando.”
Luego de las rabietas que hice con Nine me entró la necesidad de reseñar (como todos los viernes) un clásico de cine, All that Jazz es la obra maestra del coreógrafo por excelencia Bob Fosse.
Unos excelentes bailarines, músicos, coreógrafos y actores que recuerdan al Broadway de antaño, donde los artistas se apasionaban y escupian talento por los poros, el mundo bohemio que hace de Hollywood una experiencia histriónica inolvidable.
Roy Schneider es el típico productor con tintes autodestructivos y odiosos: mujeriego, fumador, charlatán, pero talentoso y conocedor del mundo del espectáculo, un hombre que ama el show por sobre todas las cosas, incluso su familia y salud.
Drama existencialista e ironía mordaz, es lo que vemos en este film, autobiografía al pie de la letra me atrevería a decir, del señor Fosse. Las excelentes actuaciones de Schneider, Leland Palmer, Ann Reinking, Erzsebet Foldi, Ben Vereen, Cliff Gorman y Jessica Lange, harán pasar al espectador por momentos inolvidables.
Ganadora de cuatro premios de la Academia por mejor dirección artística, mejor diseño de vestuario, mejor montaje y la mejor banda sonora; All that Jazz describe el intenso período de trabajo de Bob Fosse cuando editaba su película Lenny y simultáneamente preparaba el musical Chicago, para Broadway en 1975.
Joe Gideon (Roy Scheider) es el director adicto a su trabajo, estupefacientes, tabaco y mujeres que está en la antesala de la muerte, prepara un show para apantallar a Broadway, pero la angina de pecho harán que a pesar de su mal estado de salud el show tenga que continuar…
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