“He obedecido todas las leyes de Dios y las del Hombre, tú no has obedecido ninguna y sin embargo te aman más”
Alfred a Tristan
Tres hermanos que crecieron bajo el seno de una familia extraña, una madre ausente y cortante y un padre amoroso pero con carácter fuerte y temperamental, tres hombres diferentes entre si, Alfred (Aidan Quinn) el mayor siempre responsable y maduro para su edad, Samuel (Henry Thomas) el más chico, protegido e idealista, Tristan (Brad Pitt) el de enmedio, el consentido del Coronel Ludlow (Anthony Hopkings) y el más aventurero y apasionado.
Sus historias se entrelazarán por el amor de una sola mujer: Susana (Julia Ormond) una chica solitaria que conoce a Samuel en la universidad y se compromete, pero se enamora de su hermano Tristán al instante de conocerlo, sin saber a tiempo que Alfred el mayor, la amaría desde el principio.
Película hermosa y cachondona que narra no sólo historias de amor y desamor, sino la desgracia y terror de una guerra, la vida familiar de 4 hombres que conviven diariamente pero son muy diferentes entre si, la injusticia de saber que el preferido no siempre tiene que ser el justo y por supuesto los años de gloria de Brad Pitt, mi amor platónico de la infancia-adolescencia.
Basada en la novela de Jim Harrison, ganó solamente un premio Oscar por mejor fotografía, los hermosos paisajes del norte estadounidense en Montana tratando además, la temática de los derechos indios en la zona.
Bajo el marco de la Primera Guerra Mundial, el imponente Coronel Ludlow trata sin éxito de convencer a sus hijos de no participar en ese horror, pero todo es en vano.
Tolerancia racial entre indios y blancos, la guerra como infierno para los hombres, pasiones desmedidas que matan, tráfico de vino y corrupción, son sólo algunos ingredientes de esta película que no puede faltar en tu biblioteca cinéfila.
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