El diseñador Tom Ford sorprendió al mundo entero cuando anuncio su gusto por el séptimo arte, y mucho más cuando dijo que había hecho un largometraje. El producto final es estupendo, tan así que su protagonista Colin Firth está nominado al Oscar.
La estética en el filme es excelente, de hecho era de esperarse de uno de los maestros de la alta costura, pero a la trama le falta cuajarse, aunque de todos modos el mérito se lo lleva el diseñador que llevó a Gucci a su máximo esplendor.
Yves Saint Laurent se lo peleaba, ahora el hombre lleva esta novela de Christopher Isherwood a la gran pantalla, con un exceso de egolatría y belleza que hacen de este film, una oda al narcisismo.
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