El nuevo film de Martin Scorsese es una oda a la decadencia humana producida por el dinero y la avaricia; hombres sin ética que simulan el Imperio Romano en una sociedad estadounidense marcada claramente por los valores del dinero y el poder sin escrúpulos. Un patético comportamiento que termina en un claro sentimiento de lástima y hastío.
El film en su dirección y actuaciones es excelente, a veces cómico y otras asqueroso, la historia de un genio de las finanzas que logra levantar un Imperio de la nada por medio de fraudulentos movimientos y con un personal y co-fundadores de baja cultura y como único Dios el personaje de Jordan Belfort. ¿Cómo no serle fiel a una persona que te saca de la podredumbre y te convierte en magnate?
Aquí la premisa principal no es en sí el mensaje de cómo hacer dinero, pues no se niega el talento de este hombre para las ventas y las finanzas, sino el cómo se consigue y el mensaje de fondo. Habrá personas que vean este film como una guía para ser un puerco sin escrúpulos, misógino y con mujeres al por mayor y lujos, sin embargo es una clara fotografía de lo que no debes hacer si quieres terminar en la cárcel, en rehabilitación, divorciado y/o rodeado de gente superficial que no tiene el mínimo interés en tu persona.
Lo único que me preocupa en vísperas del Oscar es que premien este tipo de discursos. Muchos me dirán que la actuación es lo que se premiará…sin embargo seré muy imparcial y diré que si premian esto como mejor película en vez de otras propuestas interesantes como Gravity de mi paisano Alfonso Cuarón…vomitaré…así como casi lo hago al ver este decadente y asqueroso filme.
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