La ladrona de Libros se ha convertido en una de mis películas favoritas, una mocosa bella por dentro y fuera, una especie de moderna Sherezada que tiene la suerte de ser respetada nada más y nada menos que por la muerte.
Basada en la novela de Marcus Susak (2005), el director Brian Percival logra contar de manera extraordinaria la historia de Liesel y sus amigos más cercanos. A pesar de estar ambientada en el marco de la Segunda Guerra Mundial (un tema bastante trillado), el filme tiene una originalidad jamás contada.
Amor filial en toda su expresión y el poder de sanación, la resiliencia de la infancia, el horror de la guerra y una soberbia nazi que nunca logró opacar a personajes tan maravillosos y puros de alma y nobleza artística. Filme olvidado por los premios de la Academia que vale la pena tener en nuestra colección cinéfila.