Los cuentos de hadas han servido desde tiempos inmemorables, para explicar arquetípica mente nuestra psique y manera de actuar como humanidad. Es reconfortante que Disney se redima y explique los porqués del comportamiento de una "bruja"; mejor aún, no se queda con la imagen femenina de una histérica amargada tal y como era la vieja psiquiatría, en el que el papel de la mujer era esperar un ser amado y basar su felicidad en él. Maléfica le quitó ese peso.
La nueva historia reinventada de Disney a partir de Perrault e influenciados por elementos del de los hermanos Grimm, habla del perdón a uno mismo, de la sanación del alma, de la psique, con bellas analogías y sin perder la magia.
Lo más importante es el mensaje a las niñas contemporáneas, que más allá del feminismo como muchos quisieron tachar la película, habla de un sano proceso de duelo y curación.
La "mala" estaba lastimada, era necesario explayar su enojo y hacer su rabieta para que se curara, pasar por todas esas etapas de duelo.
Maléfica habla de un amor fraternal, la ambición sin maquillaje y no le da peso a un amor adolescente incapaz de ser maduro; le da el lugar que es y punto.
Desde la Mulan de China, la Mérida de Escocia, las hermanas de Frozen y ahora Maléfica, Disney le da su lugar a la mujer, ahora le da el poder al auto conocimiento y a la autoestima, en el que las niñas de hoy tomarán como ejemplo ese arquetipo sanado y sólo quizás, ya no sean las sumisas de los tiempos de mi madre y abuela, tampoco serán las mujeres lastimadas que buscan equidad como las de mi tiempo, sino serán mujeres equilibradas que no buscan poder de uno ni de otro. ¿Será que estamos evolucionando?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Comenta la Nota