16 de febrero de 2011

Del Cisne Negro y otros traumas

El día de ayer me aventuré al cine a ver The Black Swan, una película que ha causado mucha polémica por aquellito de la nominación a la Portman y su oscura trama, y no se equivocan, es un filme que te lleva al más oscuro terror de la mente de una bailarina que vive atormentada.

Francamente da miedo, pues más allá de la típica bailarina bonita y tonta existen presiones, vanidades, sexo, engaños y locura…tanta que Darren Aronofsky supo plasmarlo muy bien con efectos visuales bizarramente tétricos.

Una vida hecha para la danza, una madre castrante, un director manipulador que la obliga a “bailar con pasión” y ella sintió a su personaje perfectamente hasta que se desquició. Muchas confusiones y un mundo tras bambalinas que trastorna.

Chaikovsky nunca fue tan negro, quizá el despertar sexual de Nina Sayers (Natalie Portman) tan vertiginosamente la llevó a la locura, las presiones maternales y el plus de una infancia arrebatada para romper el cordón umbilical.

Autodestrucción y suspenso es lo que encontrarán en El Cisne Negro, una película macabra, negra como su nombre y por qué no? Artísticamente romántica que juega con la danza y sus demonios.

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