"Eres un chico guapo: eres alto y tienes hombros anchos. Pero él es un hombre. Se necesita más que ser alto y tener hombres anchos para hacerse hombre". - Helen en High Noon.
Gary Cooper debatiéndose entre el amor de dos mujeres: Grace Kelly y Katy Jurado; un tren que sale de un pueblo insignificante y una pandilla de bandoleros. Ese es el escenario en el que se desenvuelve High Noon, película de 1952 del director Fred Zinnemann, un western distinto a todos los demás y probablemente una de las mejores muestras en su género.
En esta ocasión podemos ver al sheriff Will Kane, interpretado por Cooper, cómo un hombre mundano, simple, taciturno, quién ha decidido dejar su puesto para retirarse y comenzar una nueva vida con su joven y bella esposa, Amy, (Grace Kelly). Sus planes se ven interrumpidos cuándo el sistema de justicia falla y su némesis, el bandolero Frank Miller, queda en libertad y decide regresar al pueblo y vengarse de Kane.
Aquí es dónde todo comienza a variar a diferencia de otros westerns, pues Kane decide primero huir y evitar la confrontación. Luego decide enfrentarse a sus enemigos. Sin embargo, estando consciente de sus capacidades y de los riesgos que implica para él, pide ayuda del pueblo al que le brindó servicio por tantos años, pero nadie acepta. Ni siquiera su esposa, quién le dice que se irá del pueblo en el próximo tren con o sin él. Únicamente su ex amante, Helen, (papel que le concediera el Globo de Oro a Katy Jurado) valientemente sale a su defensa.
El desenlace de la cinta llega justo al mediodía, cuando el último tren saldrá de la estación, cuándo Kane se enfrentará con su destino en plena plaza del polvoriento pueblo de Hadleyville, cuándo sus ciudadanos tendrán un ataque de consciencia por sus decisiones.
No contaremos el resto de la historia pues es una de esas cintas que todo cinéfilo debe ver, porqué además de mantenernos en el borde del asiento durante casi 1 hora y media, nos permite admirar a Gary Cooper en una de sus mejores actuaciones.
El filme también significó la primera aparición en cámara de Grace Kelly, quién se vio opacada al frente y detrás de cámaras, por la joven y talentosa Katy Jurado, una de las mejores actrices mexicanas que llegaría a la gloria con su interpretación de la apasionada mujer prohibida. Según cuentan los rumores, Kelly y Jurado mantuvieron una tensa relación en el set, pues la última tendía a intimidad con su imponente actitud y mirada a la joven rubia, al grado en que no pudieron filmar juntas algunas de las escenas, pues Kelly se ponía tan nerviosa que olvidad el diálogo o tartamudeaba.
Es una de las joyas producidas por los estudios de Chaplin, Pickford y Douglas, United Artists y será por siempre el western que marcó la diferencia pues se atrevió a mostrar a un héroe diferente, con errores, con miedos y con dudas.