
Dicen los cronistas de la revista Clío, que el Indio intentó en aquellos tiempos congratularse con Dolores del Río por los altercados que hubo en Flor Silvestre (1942) con un montón de servilletas escritas por ambos lados, diciéndole lo siguiente:
“Es su regalo de día de santo, una historia de cine. Pos a ver si le gusta, es su próxima película, se llama Xochimilco. Es de usted, es de su propiedad, si alguien quiere comprarla que se la compren a usted.”
Dolores del Río con todo y el caché que se cargaba preguntó dudosa: “Primero una mujer de rancho... Y ahora, ¿quiere que haga una indita? Yo... ¿descalcita?”

Ella es la antítesis de su madre, sin embargo el tendero Damián, el malo de los malos, la desea a pesar de su hipocresía y como quién no quiere la cosa influye a su desgracia: ella enferma de paludismo y ante la desesperación de su novio Lorenzo de salvarla, roba quinina y un vestido de la tienda de Damián. La tragedia se desencadena, terminando en el linchamiento de la joven, la pura, la bella, un paralelismo a una virgen que el cine mexicano muy bien plasma.
Paisajes bellos, close up típicos de Figueroa, uso del paisaje y los canales de Xochimilco para crear un mundo apartado, casi de fantasía. La fotografía es exquisita.Ganadora absoluta del Festival de Cine de Cannes (1946) al igual que Gabriel Figueroa, María Candelaria esta entre las 100 mejores del Cine Nacional en un lugar 37 que le valió además el Ariel a mejor cinematografía.
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